Hay que cambiar para poder construir un sistema creíble de derecho y garantías

Hay que cambiar para poder construir un sistema creíble de derecho y garantías 

Por Carlos A. Chiara Díaz

Nuestra sociedad parece extraviada en perseguir con odio y violencia objetivos a veces poco claros en distintas actividades, olvidando que la razón y la justicia de las posturas más excelsas y ponderables no justifican el desconocimiento de las instituciones de la República, sea por el Estado o contra el Estado.-

En los últimos años se ha agudizado una tendencia a dirimir las controversias -aun las menos complejas y sencillas, tanto en el orden privado como público- de un modo agonal, que anula los diálogos y dentro de él, a las críticas constructivas propias de una sociedad plural y democrática.-

Todo tiene que ver con todo y el que no participa del credo, principios o dogmas de una fracción está equivocado y resulta ser un enemigo sin derechos y digno de ser separado de los organismos o instituciones predispuestos para elaborar y construir. Únicamente son admitidos los convencidos y con mayor razón si son obsecuentes y no discuten nada y están dispuestos a no ponerse límites. Si faltaba algo la desconfianza y el temor se han agudizado con la actuación de espías y alcahuetes violentos, habiéndose llegado al extremo de que un Fiscal de la Nación designado para investigar los atentados y crímenes de lesa humanidad más horrendos de nuestra historia, cuando estaba a punto de exponer ante el Parlamento los resultados de años de investigaciones en el orden interno e internacional, apareciera asesinado en calzoncillos y en el baño de su departamento, sito en la torre Le Parc, considerada uno de los sitios más seguros del país.-

Por ese tobogán y sin saberse a ciencia cierta si se trató de un suicido, de un asesinato o de un medio para infundir temor a quienes tienen la misión institucional de investigar y juzgar delitos y crímenes, luego de ser bombardeado el cuerpo social con declaraciones, afirmaciones que parecían querer intervenir u orientar las investigaciones policiales, fiscales y jurisdiccionales y un grupo creciente de personas preocupadas en   todo el país y difundidas en sus manifestaciones críticas por los medios de comunicación, produjeron una marcha denominada de silencio que transitó por arterias y sitios emblemáticos de la Capital Federal y concluyó en el sitio donde trabajaba el Fiscal muerto. La lluvia intensa trajo los paraguas y el cuadro de situación se asemejó para muchos, con la presencia activa del pueblo en la Plaza de Mayo, al espectáculo de nuestros antepasados cuando se reunieron ante el Cabildo para dar inicio a la revolución emancipadora y elegir al primer gobierno patrio.-

Dicha marcha fue encabezada por un grupo de fiscales y los familiares del extinto, quienes fueron acompañados por una multitud que quería rendirle homenaje a Nisman, a la vez que reclamaban plena actividad a la policía, fiscales, jueces y demás empleados del Estado a fin de obtener resultados concretos en las investigaciones criminales y en los hechos de corrupción denunciados, sin tener en la mayoría de los casos una estrategia visible que pudiera llevarnos a conclusiones en tiempos razonables. También expresaron su repudio a quienes no eran independientes de los poderes del Estado en sus tareas de analizar los comportamientos de los más altos dignatarios elegidos por voluntad popular, demorando diligencias, trámites y procesos. Hubo una expresión de hartazgo y un deseo de que no existiera nunca más ese tipo de cosas que nos sumía en la desesperanza y en la ineficacia para cualquier tipo de emprendimiento constructivo, incluyendo lo atinente a las reformas procesales, penales y judiciales, ejemplo de lo cual fue la sanción de un código procesal acusatorio para la Nación donde se quiso separar las funciones de la investigación de los delitos a cargo de fiscales de los jueces encargados de conocer y juzgar con imparcialidad. Ese era el objetivo apetecido desde los ámbitos académicos y en varias Provincias, lo que políticamente fue aceptado y sancionado en el Congreso y por el Poder Ejecutivo, pero sin embargo ello fue y es acerbamente criticado por merecer la desconfianza de muchos sectores, quienes entendían que los actuales miembros dirigentes del Ministerio Público o los que tenían el poder de nombramiento de jueces, defensores y fiscales, querían nominar única o mayoritariamente a los pertenecientes a la fracción política dominante.-

Asimismo, ni siquiera hubo unanimidad para ponderar que la marcha transcurrió sin incidentes, ordenadamente, con exhibición de símbolos patrios y hasta teniendo el antecedente inédito de que los comercios y negocios mantuvieran abiertas sus puertas en el trayecto, no obstante siguió cosechando las críticas de los gobernantes y sus partidarios que la calificaron de opositora y como acto de creación del denominado partido judicial, a su vez que prometían organizar desde una postura antagónica otra marcha en respuesta para el 1ro. de marzo, al inaugurarse la sesiones legislativas por la Presidenta de la República.-

Lo expuesto demuestra que no se logra alcanzar un mínimo de objetividad y paz social y política como para alejar el espíritu de confrontación y reemplazarlo por el pensamiento activo de que para un argentino no debe haber nada mejor que otro argentino si se trata de pensar el futuro y de construir y legitimar un esquema institucional de acuerdo a la Constitución Nacional, lo cual es alarmante y quita esperanzas en que se obtenga una pronta y total solución a las divergencias, proyectos y estrategias divergentes de las partes, movimientos o partidos que se manifiestan en conflicto e intranquilizan al cuerpo social, quitándole ánimo para afrontar propuestas trascendentes.-

Por eso hemos creído oportuno hacer estos comentarios y reflexiones en una publicación que tiene como objetivo fomentar el conocimiento y los diálogos sobre temas jurídicos e institucionales, lo cual y por el estado de cosas a que se ha llegado resulta ser una abstracción o quimera mientras no se obtenga desde la sociedad política un marco de pacificación y se aleje la violencia sectorial.-